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Mostrando entradas de 2017
  TERREMOTO        Imagina que tienes una hormiguita caminando por tu brazo y de pronto te das cuenta por las cosquillas, o porque te mordió. Entonces te sacudes violentamente (quizás en un acto reflejo) y la hormiga cae de tu brazo al suelo desde una distancia que es entre 200 y 400 veces su tamaño, o tal vez preferiste soplar fuerte para que la hormiga salga disparada por un viento que va a una velocidad que mueve su pequeña masa de tu brazo al suelo, y por más que intenta agarrarse a tu epidermis no lo consigue y finalmente… cae.  Imagina mejor que no tienes ninguna hormiga, más bien tienes comezón, porque has estado sacando escombros después de un terremoto y el polvo te pica, tanto que sin pensarlo siquiera te rascas; y no te das cuenta pero,  a demás de polvo, pequeñas partículas de piel muerta se están desprendiendo de tu cuerpo. No hay malicia en esto, sencillamente tú haces lo que necesitas, sólo tienes comezón y quieres sacudirte el polvo y rascarte y estas agotado

La Sierra Madre

Andamos buscando. Tu yo y los caminos. Los caminos nos traspasan y también nos buscan en los labios, la curiosidad de nombrar el sentido del viaje, sin lograrlo. Los pies conectados a la tierra, los pies sistema nervioso. Pies contentos bailando por los senderos, encontrando poesía inédita en cada forma. ¿Dónde están tus pies debajo de las faldas?  Madre Oriental guíanos en el intento. ¿Cuántos habitantes hay en este espacio y en este momento? No somos tan diferentes de los pinos y los sauces. Cierro los ojos a penas lo que dura el parpadeo para llenarme de todas tus formas que revelan la luz, quiero sentir en la piel cada pedazo del camino desfragmentado por la visión -incompleta-, quisiera convertirme en cada una de tus curvas. La mente no puede quedarse en ningún sitio, ese es regalo de la visión. El viaje mismo. La mente dispuesta a moverse a la velocidad de la luz. Gracias gracias por mis ojos y por tanta belleza contenida en todo lo que observo. Gracias por mi piel que

Taller de Sensibilización Femenina Saltillo

LA COMIDA La mesa está puesta, todas las manos entraron al estado de la honestidad. Cuantas manos juntas, conocidas, amadas. Manos que han tocado tanto viento, que han abierto las puertas y las ventanas para que entre el sol, manos que se han desenredado el cabello para que caigan suaves y libres las ideas, sobre nuestras espaldas desnudas femeninas, listas para el goce de los sentidos abiertos al tiempo y sus cambios y sus canciones de caminos que hemos recorriendo a veces juntas, a veces sólo conectadas por nuestros ombligos, sin hablar, de lejos, sin mirarnos. Pero hemos estado, mujeres, acompañándonos. Hemos estado en nuestros sueños, nos hemos llamado por nuestros nombres y hoy, todas somos manos. Manos que nutren, manos que juegan en la misma mesa. Todo lo que hemos ido recogiendo en experiencias nos contiene y es nuestra historia que platica nuestra atmósfera. Este encuentro era la consecuencia natural de haber recorrido tantos caminos de ida y de vuelta a donde somos juntas
Danza Después de hablar y hablar y hablar por días y días y días el silencio se hizo necesario cuestión de vida a muerte pero siempre es muerte me desangré a través de mis palabras me mordí la lengua tantas veces viajé en el tiempo al siempre el mismo lugar donde todos decimos lo mismo una y otra y otra vez por días y días y noches noctámbulos ebrios de madrugadas  silenciosos de día nostálgicos lucidos ¡digan yo!  siempre llega el momento brillante de decir y decir y decir nombrar nombrar nombrar persiguiéndonos la cola el circulo eterno de lo que ya vimos pero no podemos cambiar hasta que en un segundo de obscuridad se manifiesta  la gran búsqueda brillantes obscuridades de ultratumba ultramar mar amar amarte se manifiesta la locura la palabra se vuelve hecho se destruye el lenguaje en si mismo como hechizo dicho al revés el hecho es monstruoso y fantástico terrible El Espejo. Que me importa a mi si e