Andamos buscando. Tu yo y los caminos. Los caminos nos traspasan y también nos buscan en los labios, la curiosidad de nombrar el sentido del viaje, sin lograrlo. Los pies conectados a la tierra, los pies sistema nervioso. Pies contentos bailando por los senderos, encontrando poesía inédita en cada forma. ¿Dónde están tus pies debajo de las faldas? Madre Oriental guíanos en el intento. ¿Cuántos habitantes hay en este espacio y en este momento? No somos tan diferentes de los pinos y los sauces. Cierro los ojos a penas lo que dura el parpadeo para llenarme de todas tus formas que revelan la luz, quiero sentir en la piel cada pedazo del camino desfragmentado por la visión -incompleta-, quisiera convertirme en cada una de tus curvas. La mente no puede quedarse en ningún sitio, ese es regalo de la visión. El viaje mismo. La mente dispuesta a moverse a la velocidad de la luz. Gracias gracias por mis ojos y por tanta belleza contenida en todo lo que observo. Gracias por mi piel...
MEDICINA.ARTE.VIAJES