Report from the Dean. Miller Pope (1954)
I
No sé cómo vivir en éste mundo
cada vez más limpio
reluciente dogma de probeta
cuestión de vida o muerte
consciencia
no tocarse
ya habíamos estado aquí
recuerdo
otro tiempo
no tocar
entonces la peste era un castigo de dios
virus hecho a mano
castigo de la diosa
II
destruimos cada monumento
rayamos todas las paredes
para gritar:
¡no me toques
hijo de puta!
¿hijo de quién?
¡no me mires!
arrastra las rodillas
sangra en tu palabra
pensamiento
obra u omisión
Recuerdo las manos
baile y agua fresca
hologramas del corazón
pantano de información
¡por favor
mentira que me duelen todas
me duelo yo!
¡qué me perdone la ciencia
mi poca consciencia!
respirarnos de cerca
contagiarnos
morirnos de amor
irresponsables
como en los ochenta
sin cubrebocas
sin condón
diciéndonos porquerías al oído
violenta devoción
¡qué me importa el desapego!
me quedo
al amparo de los labios
harta ya de inventarme
conceptos de amor
más sanos
menos inocentes
más elaborados
prefiero el pre-lenguaje
la lengua
las manos
IV
Yo no escribo. Lo hago porque, últimamente es la única
manera. Mis palabras son unas ganas de muerte de salir de la jodida
desconfianza. También tú has de tener el corazón roto en medio de una catástrofe
mundial. Éstas palabras de piel raspada. Suicidas. Ojalá que mis palabras no
sólo fueran mías. Brindo contigo, fantaseo tu presencia y en mi boca seca, la
palabra vino me emborracha. No me malentiendas, tampoco quiero tus palabras, sólo
tengo nostalgia del aliento. Harta de mi propia respiración -que ya es lo único
que poseo-, detrás de medio milímetro de impenetrable antiséptico que promete
vida eterna. Atrás quedó la era de las feromonas extrañas, en calles mugrientas,
cuando no hacían falta palabras para olernos. Extraño conocerte sin miedo a que
me dejes, añoro cuando no teníamos asco de estar vivos y el miedo a la muerte
se adormilaba sudándonos las manos, y no era necesario esconder nuestra vergüenza
tras los maravillosos filtros de luz de la pantalla, que media nuestro
desencuentro hecho de palabras. Yo no escribo… en verdad odio las palabras.
Mix, ya lo leí, me siento tan identificada. A veces con tanto miedo a amar, a confiar. Eres grande, siempre lo supe.
ResponderEliminarGracias por resonar en el ciberespacio. Un abrazo pendiente
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